jueves, 30 de septiembre de 2010


Ai (unir)
Qi (energía, voluntad, influencia)
Do (andar, buscar, comprender el sentido, transitar de cierta manera).

Aikido es una disciplina formadora del carácter y sus técnicas nacen de los principios filosóficos que sustentan este arte:

Unión: unificación a partir de la coordinación con el otro.(Unir al otro con el Todo, considerar todo el contexto -incluso a sí mismo- como parte del todo).
por el camino de la menor resistencia), empatía (ofrecerce a sí mismo para conocer al otro), proactividad (capacidad de iniciativa).
Voluntad: acto con un fin en sí mismo, y no para conseguir otra cosa.

Desarrollo de los principios

Unión

La resistencia por la fuerza, tanto como la opresión, es la menos efectiva de todas las maneras de resistir.
La manera más efectiva para desbloquear una situación es brindarse a sí mismo; la solución de todo problema radica en ofrecerse.

-Sinergia

Al generar un vínculo empático estoy familiarizado con la situación de mi oponente (su posición, sus movimientos, sus intenciones, su voluntad).
Para conocer al otro es necesario ceder parte de la propia posición.

Voluntad, Influencia

La voluntad verdadera es sincera (honestidad consigo mismo y ética en las decisiones).

Transitar

-Resistencia ó predisposición?...

El Aikido no propone vencer al eventual adversario por la fuerza bruta, sino redireccionar las fuerzas que generan adversidad disolviendo la esta participación inicial.
Por su concentración en el foco de ataque, el atacante desatiende espacios que quedan vacíos y desestabilizarían su sistema de fuerzas. Esos son los lugares a los que las técnicas del Aikido proyectan el estímulo, la participación inicial del adversario.

-No Violencia

Aikido trabaja con la violencia, pero no es violento. En mi experiencia, los practicantes que aplicaron técnicas sobre mí del modo más versátil y potente lo hicieron sin lesionarme, e incluso sin hacerme sentir el más mínimo dolor (ni tampoco la menor duda respecto de la efectividad de la aplicación).
Mas bien creo que en estas situaciones, el aikidoka se muestra didáctico, guiando el cuerpo del adversario, transformándolo en un "otro no-hostil", luego en uno solo consigo mismo.

-Ejerciendo "contención" y no "retención":

El concepto de bloqueo no existe en Aikido, porque la fuerza del adversario es utilizada por el aikidoka.
La práctica agresiva, o influenciada por la intención de probar un punto negligentemente, resulta usualmente lesiva.
El otro, con su movimiento, me comunica gran cantidad de información, de modo que lo mejor que puedo hacer es "escuchar" con el cuerpo.

- Escuchar
Atender con toda mi predisposición:
el otro
el suelo
el espacio
las personas a mi alrededor
luego de todo ésto, yo.




El centro del acto no es ni el adversario, ni uno mismo. Es el vínculo que nos une, entre nosotros, y con el todo. El acto consiste en restablecer el orden.
Ni él ni yo somos importantes, ni considerables como entidades separadas del todo.

-Posición y Actividad:

Debe haber un equilibrio entre posición y actividad para crear un marco de gestión común y transformar la adversidad en cooperación.

- Finalidad

No encuentro en la práctica del arte marcial otra finalidad que la práctica mísma.
El Aikido no es un medio para llegar a algo, sino un camino que elijo transitar.
Sí puedo asegurar que, por todo lo expuesto anteriormente, el estudio del Aikido me resulta día a día profundamente educativo.

La práctica es transformación. La transformación es siempre saludable.
El análisis y otras escuelas de psicología, la medicina, el arte en todas sus maneras, son transformación.


Mi experiencia

Practico desde los catorce años de edad.
El arte marcial es formador de ética y gran parte para mí, de la manera de transmitir conocimiento surge del Aikido:
los practicantes más antiguos y los más nuevos preactican bajo la misma instrucción, y cooperan juntos en el aprendizaje (además, ambos cumplen el rol de adversario y aikidoka).
Si bien los más graduados acompañan el desarrollo de los más nuevos, la influencia es recíproca:
los más nuevos tienen transparencia, sorpresa y entusiasmo, y siempre tienen algo invaluable que ofrecernos.

Encuentro que la manera del Aikido, sus principios, (que expongo según mi propia experiencia de práctica) son transferibles a otras artes con naturalidad y pueden ser desarrollados a través de otros caminos.
Creo que las distintas artes y disciplinas, marciales y no marciales, tienen un mismo horizonte.
Creo que las artes son una y no cambian, y que son los artistas los que cambian, se modelan a sí mismos de distinta manera para
llegar a un mismo lugar.

Oscar Oubel ;)